martes, 23 de julio de 2013

TEODORO ARDEMANS, TABERNERO MADRILEÑO



TEODORO ARDEMANS, TABERNERO MADRILEÑO

          De padre alemán, el madrileño Teodoro Ardemans (1664-1726) tenía dos profesiones conocidas: las de  pintor  y arquitecto y otra no tan conocida: la de tabernero

          Como pintor  fue discípulo de Claudio Coello y con solo 19 años pinta el techo de la escalera del hospital de la Venerable Orden Tercera (V.O.T.). Es elegido Pintor de Cámara por  el rey Felipe V aunque el número de obras que nos ha dejado es escaso.
    
     Tuvo más importancia como arquitecto. En 1702 es nombrado Arquitecto Mayor y entre sus obras destacan el palacio de la Granja de San Ildefonso, la finalización de la Casa de la Villa de Madrid. Trabajó en la catedral de Granada y en las iglesias madrileñas de San Justo y Pastor y de San Millán, entre otras.
Fig. 1.- Ginés de Aguirre. Copia del autorretrato de Teodoro Ardemans (Museo de la RABA de San Fernando)



          En 1719 publica sus famosas Ordenanzas que, con el tiempo, alcanzaron rango de ley. En ellas se daban a los alarifes consejos para la edificación de edificios dada la poca preparación de estos constructores .
Fig. 2.- Ordenanzas de Madrid por Teodoro Ardemans
          Si hacemos caso al Ayuntamiento, que no siempre es de fiar, Ardemans vivió en el nº 1 de la calle del Reloj  (desde 1835 calle  Luciente) aunque, según vemos en la Fig.4, nuestros regidores no lo tienen muy claro. Si se hubiesen esmerado un poco más en borrar la "s".... Esta calle está dedicada a Alfonso de Luciente hermano de la V.O.T. y propietario de los terrenos en los que se abrió la calle.

          Efectivamente,  el libro de Asientos de la Planimetría General de Madrid nos dice que el nº 1 de  la manzana 106 "se compone de 5 sitios. El 1º fue de Chistobal Ordoñez, y la viuda de Pierres con 20 ducados, a que redujo su materialidad Don Theodoro Ardemans por privilegio de 5 de septiembre de 1701". Si nos fijamos en la Fig.5 vemos  que el nº 1 es un espacio casi cuadrado haciendo esquina entre las calles del Reloj y Humilladero. Parece extraño que, siendo esta última calle  mucho más importante, la entrada fuese por la del Reloj. Ahora la única entrada está por el nº 18 de la C/. Humilladero.
Fig. 3.-Placa a Teodoro Ardemans en la calle Luciente nº 1

          En un documento consevado en el AHN de 1770 vemos que:

    Joan Martínez de Tovar, contador de la renta de las trece sisas reales y municipales y que por arrendamiento están a cargo de don Gregorio redondo de Guevara, certifica todas las partidas de pago líquido que hicieron los cosecheros tanto seglares como eclesiásticos. Sigue una relación de 88 personas con bodegas y asientos son así:
    
Y en esa relación aparece:
       
Don Theodoro Ardemans que tiene la bodega a los Irlandeses tiene de pago  cuatrocientas y seis arrobas y media de vino
Fig..4.- ¿Luciente o Lucientes?


          En esa época -e incluso ahora- es difícil distinguir entre bodega y taberna. De hecho, en 1770 aparecen en documentos varios locales que una vez se llaman bodegas y otra tiendas de vinos, o sea, tabernas
          En los siglos  en que en Inglaterra se perseguía a los católicos, en Madrid y en otras ciudades  se fundaron casas de acogida para los irlandeses. Al principio, en torno a 1629, se fundó el Colegio y Hospital de los Irlandeses en la  C/. de Duque de Liria, entre las calles de Manuel y Negras. En 1636 se traslada a la C/. Humilladero, frente a la actual  C/. de los Irlandeses que primero se llama de Occidente y después de San Gregorio, como vemos en las figs. 6 y 7. La iglesia se construye a principios del S-XVIII bajo la dirección de Pedro de Ribera, pero era una iglesia modesta y con escaso valor artístico.En la Fig.8 vemos con más detalle  como eran los Irlandeses. Todo se destruyó durante la Guerra Civil.


Fig.5.-Planimetría General. Manzana 106




Fig.6.-Plano de Chalmandrier 1761. En rojo la casa de Ardemans
Fig.7.-Plano parcelario 1874. Iglesia y Hospital de los Irlandeses (172)
   


             Puesto que la   calle Humilladero era  la que llevaba a ese  Hospital,  y  sabiendo donde  habitaba Ardemans,  parece lógico pensar que la bodega-taberna estuviese en esa calle y muy probablemente en los bajos de su casa.

          Según las arrobas de vino declaradas, la bodega de Ardemans era relativamente modesta. Vamos a compararla con algunas vecinas a la suya que aparecen en el mismo listado:

           En la C/. del Águila había dos: 
                                                        * Juan de Heras con 804 arrobas
    * Ugares, Manuel de con 809 arrobas
           En la C/. Calatrava:
        *Francisco Orejudo con 2021 arrobas
          En la Plaza de la Cebada:
*Pedro Cano con 1353 arrobas
          En la C/. Mediodía Grande:
* José Ribera con 1110 arrobas
          En la C/. de la Paloma había tres::
     * Azofra, Jerónimo con 627 arrobas
      * Eusebio Marcos con 1529 arrobas
            *Martínez del Castillo con 1285 arrobas

          Vemos que, comparada con estas, la bodega de don Teodoro era mas bien modesta y con mucha competencia alrededor y eso que sólo hemos apuntado las bodegas de la relación antes referida.
Fig.8 .- Probable emplazamiento de la bodega de Ardemnas


          Como curiosidad, diremos que en 1701 y en la misma C/. Humilladero, localizamos, a nombre de Juan Rojo, una "taberna de vino caro y barato con carpeta" junto a la cual se instalaba un bodegóncillo de puntapié atendido por Catalina Fernández.

          Los vinos caros o preciosos.eran vinos de calidad procedentes de San Martín de Valdeiglesias, Cebreros, Pelayos, Madrigal de Altas Torres y Alaejos según la Ordenanza Municipal de  15/4/1591 y los vinos baratos u ordinarios.eran de peor calidad que el vino precioso o caro  y procedían de Carabanchel, Valdemoro, Alcalá, Arganda, Torrejón, Barajas, Alcorcón, etc. Había tabernas que sólo podían vender vinos caros o baratos y unas pocas tenían permiso para vender los dos tipos

           La carpeta. era una manta, cortina o paño que colgaba en las puertas de las tabernas. Se introdujo hacia 1618 para ocultar el interior  del local pero dejando pasar por los lados el aire y la luz. Dos siglos después, en 1813,  sale una orden que dice  que "la puerta o puertas de taberna deberán estar descubiertas para evitar ocultaciones".

          Durante ciertas épocas los taberneros tenían prohibido vender comidas en sus tabernas. Ya en 1618 la Sala de Alcaldes mandaba "que ningún tabernero de vino precioso o barato pueda dar ni de cosas de comer en las dichas sus tabernas, ni casas, ni consientan que otras personas  lo den, ni los que va a beber coman en ellas, ni a las puertas de sus tabernas tengan ni consientan tener tablas de cosas de comer".
          Estas normas se iban relajando apareciendo así los bodegones o  bodegoncillos de puntapié que eran unos cajones o puestos al aire libre donde se vendían cosas de comer. Solían estar a las puertas de las tabernas o puestos de vino y junto a los mercados. Su nombre se debe a que se podían  echar abajo de un puntapié.
      Con estas páginas nos despedimos hasta septiembre. Hace mucho calor y apetece tomar una limonada fresquita, pero sin agua, no como las que se tomaba el poeta

                                                                De limonada de vino
  sin agua hacer se previno,
  por saber que ya ella vino
desde la taberna aguada.
 Calderón, La Garapiña

BIBLIOGRAFÍA.


- Tormo, Elías "Las iglesias del antiguo Madrid"

-Gea Ortigas, Mª  Isabel "El Madrid desaparecidi"
-Planimetría General de Madrid
-Archivo histórico Nacional
Herrero, Miguel "Oficios populares en la sociedad de Lope de Vega"


viernes, 12 de julio de 2013

TABERNAS EN EL MADRID DE GOYA

TABERNAS EN EL MADRID DE GOYA

Nota aclaratoria
          En este paseo imaginario por el Madrid de finales del S-XVIII, pretendemos hacer un recorrido  por algunos de los domicilios que tuvo Goya en Madrid  y por varias  tabernas que nos iremos encontrando en el camino. Tanto los datos de las tabernas como de las casas en las que vivió Goya están perfectamente documentados; es, sin embargo, invención del que esto escribe  las estaciones tabernarias que hace la pareja, aunque pienso que algún chatillo sí tomaría don Francisco.
          Además de los domicilios de Goya que aparecen en nuestra ruta, en 1777 residía en la C/. del Espejo, en 1788 en la Carrera de San Jerónimo, en casa perteneciente a la marquesa de Campollano y en 1803 adquiere una  vivienda en el nº 7 de la C/. de los Reyes.


Fig. 2.- Asensio Juliá por Goya h 1798 (Museo Thyssen)
Fig. 1.- Goya: Autorretrato hacia 1795  (Museo del Prado)







Fikg. 3.- Recorrido imaginario de Goya entre la ermita de San Antonio de la Florida y su casa en la C/. Desengaño
          Estamos en una tarde cálida de septiembre de 1798; Goya  y  su ayudante Asensio Juliá cierran la puerta de la ermita de San Antonio de la Florida después de una jornada agotadora pintando los frescos  que le encargaron a  don Francisco hace poco más de un mes y que deberá tener terminados antes de finalizar el año. Frente a la ermita, en la recién construida fuente del Abanico, se aclaran un poco las manos y beben unos tragos para quitarse la sequedad de las bocas después de tantas horas en contacto con pinturas y barnices. Qué pena que por alguno de las caños de la fuente no salga  algún caldo procedente de Arganda o de San Martín de Valdeiglesias, pensó el “Pescadoret”, pero tiempo habrá de llenar el gaznate con un buen clarete cuando entren en alguna de las muchas tabernas de Madrid.


Fig. 4.- Fuente de los Once Chorros (Abanico). Fotografía de A. Begué

          Después de subir pesadamente la cuesta del Prado Nuevo(cuesta de San Vicente), tuercen a la derecha hasta llegar al palacio de Godoy  en cuyo techo Goya pintaría,  poco después, cuatro alegorías y en uno de sus salones  iban a colgar sus dos famosas Majas. A la izquierda se encuentran con la  plaza  de María de Aragón (Marina Española) y de allí llegan a la calle del Reloj, que Goya conocía bien pues en sus números  6-8  (aproximadamente el nº 10 actual) vivió en 1775 en casa de su futuro cuñado Francisco Bayeu, ya fallecido. Después se trasladó al nº 12 de la C/. del Espejo (manzana 418) esquina a la C/ San Bartolomé (Actual C/. Independencia).

          Las tabernas en el Madrid de esa época son muy numerosas: concretamente en 1797 hay registrados 480 taberneros, aunque  al autor, un poquito exagerado, de  unos versos de la época,  aún le pareciesen pocas:


    Para todo Madrid sobran
una o dos bibliotecas,
y ni la mitad alcanzan
       más de cuatro mil tabernas


          En la C/. del Reloj y aledañas también hay donde escoger: la de Juan Parrondo en el nº 7 de la manzana 105; Antonio Romero la tiene junto a la plaza y hay otra pequeña entrando por la C/. Torija a mano derecha. Subiendo un poco, en la misma C/. Torija esquina con la C/. Puebla (Fomento), está el bodegón de Juan Diego Martínez donde entran  maestro y discípulo a tomar  dos vasos de aloja fresquito que les sabe a gloria. Charlan con los parroquianos sobre el exitoso estreno de El Regañón en el teatro de la C/. del Príncipe y continúan su camino cruzando la plaza de Santo Domingo para entrar en la C/. de Jacometrezo.

          La C/. Jacometrezo iba desde Santo Domingo a la Red de San Luis. A partir de la actual plaza del Callao, seguía el trazado de lo que después fue la Gran Vía. Aunque estrecha, era una calle céntrica y muy animada llena de tabernas, bodegones y tugurios.

          Entrando a la derecha, nos encontramos con dos tabernas: una esquina con la costanilla de los Ángeles y la otra en el nº 5 de la manzana 379. Juliá ve como pasan de largo por estas dos ermitas de Baco y también por  la que hace esquina con la C/. de la Salud y por la de Juan Atienza. Por fin llegan a la C/. de los Leones y, en la esquina derecha de esta calle con Jacometrezo, junto a un bodegón, hay una famosa taberna. El ayudante de Goya sabe seguro que van a visitarla, pues es de las pocas de Madrid que  despachan vino de Cariñena  que al maestro le trae recuerdos nostálgicos de su Aragón natal. Asensio, encantado, no le hace ascos a ninguna denominación. Cosme, el tabernero, los atiende con simpatía comentando chascarrillos del barrio.

Fig. 5.- Calle de los Leones en 1910 (Memoriademadrid.es)

          Esta taberna  aparece ya documentada en 1769 a nombre de Cosme Bousa en el nº 2 de la manzana 354. En 1821 el tabernero es Antonio Picazo y es muy posible que esta sea la famosa taberna del Traganiños a la que acudía Luis Candelas.

          Una vez vaciados los vasos, la pareja continúa   hasta la C /. Desengaño pasando por delante de las tabernas de Francisco Albizanda, Juan Blanco y Antonio Márquez y observan lo concurrida que está la taberna de Valentina ya en la esquina con la C/. Desengaño. Como vemos, la C/. de los Leones es pequeña pero está bien servida de abrevaderos.

          La C/. Desengaño, en la época que nos ocupa, llegaba hasta la C/. Fuencarral. Con el trazado de la Gran Vía  muere en la C/. Valverde desapareciendo las calles de la Flor (Travesía del Desengaño) y la de los Leones esta para dar continuidad, ya mas ancha, a la C/. Valverde que ahora llega hasta la Gran Vía. Esta es una calle muy importante en la vida de Goya pues en el nº 1 vive desde 1779 hasta 1800  que la vende a Godoy quien la cede a su amante Pepita Tudó. El 6/2 /1799 el Diario de Madrid anunciaba la venta de 80 estampas de Goya "se venden en la calle del Desengaño, número 1, tienda de perfumes y licores, pagando por cada colección de 80 estampas 320 reales de vellón"La tienda parece que estaba en los bajos de su casa.
          Hasta 1835 la numeración de las casas en Madrid se hacía por manzanas por lo que una  calle podía tener varios números repetidos. Es lo que pasaba con la C/. Desengaño, que tenía hasta 5 números 1.¿Cual era  el de la casa de Goya?.
          Algunos autores  se deciden por la manzana 368 cuyo nº 1 hacía esquina  con la C/. Ballesta. El motivo de esta elección es que  en esa esquina había una tienda de perfumes y la relacionan con la tienda del anuncio anterior.. En cambio, otros pensamos que en esta calle podía haber más de una perfumería y que la casa del pintor era el nº 1 de la manzana 344 que hacía esquina con la C/. Fuencarral. El que haya datos que confirman que  Pepita Tudó vivió allí avalan esta hipótesis.
       En 1800 Goya se traslada a la C/. Valverde esquina  con Desengaño. En un curioso documento aparece una relación de direcciones de  gente importante en diciembre de 1808. En ella vemos que Goya y Moratín eran vecinos y que Francisco Javier, el único hijo que sobrevivió a Goya, vivia en la C/. de la Zarza (parte de la actual C/. Tetuán)

Fernández Moratín, Leandro : manzana 345 (délimitée par les rues Valverde, San Onofre, alta de Fuencarral et del Desengaño : il n'y a pas d'autre indication).
Goya, Francisco : calle de Valverde, frente a San Basilio, manzana 345 (celle où habitait aussi Moratín), n° 15.
Goya, Francisco Javier : calle de la Zarza, n° 9, cuarto principal [manzana 380].

Fig. 6.- Ampliación de una zona del plano de la Fig. 3. En rojo la casa de Goya en  Desengaño y en verde la de Valverde. Frente a esta última el convento de los Basilios

La zona de la Fig. 6 en la actualidad. La C/. Desengaño queda reducida por el edificio de la Telefónica
          Pero volvamos a la tabernas. Hemos dejado a nuestra pareja  el la C/. Desengaño dispuestos a tomar la espuela. Además de la taberna de Valentina está la de Andrés León frente a los Basilios, y otras dos: una "esquina Fuencarral, manzana 344" que ya en 1759 la localizamos "entrando por Fuencarral primera puerta a la izquierda" ¡En la casa de Goya! y que en 1792 tenía como propietario a Bartolomé Martínez y la otra en 1807 en la esquina con la C/. Valverde ¡La otra casa de Goya!.
          Entran en la de Bartolomé y sentados en dos taburetes, frente a una mesa de pino, apuran  medio cuartillo de aloque, más suave que el Cariñena, mientras comentan el trabajo pendiente en San Antonio. Goya se queja de que ya lleva gastados en productos de pintura  para la ermita  14.311 reales. Mañana será de nuevo una dura jornada y hay que ir a descansar. Asensio  se despide de Goya  para ir a su domicilio,  mientras don Francisco sube lentamente  las escaleras que le llevan al segundo piso donde vive. En la calle, en la taberna de enfrente, unos mozos, ironizando sobre el vino bautizado, cantan.

        Si hay sequedad en las fuentes
y agua cristalina buscas,
 la hallarás en las tabernas
  aunque escaseen las lluvias

   
  



        

BIBLIOGRAFÍA.-
Los registros de habitantes de Madrid bajo José I
Rey Hazas, Antonio :El Vino en el mundo 
Canellas López, Ángel: Francisco de Goya. Diplomatario
Hemeroteca Nacional
Hemeroteca Municipal de Madrid
Archivo de la Villa de Madrid
Web Memoriademadrid.es